Andrés Sardá, Angel Schlesser y Devota y Lomba
Después de las presentaciones hechas por Miguel Marinero y Desigual, desfilan en IFEMA el resto de firmas. El primer desfile lo abre Andrés Sardá e indagando más, realmente lo abrió Rossy de Palma haciendo una breve representación de la primavera, y como la primavera altera, todos nos quedamos ojipláticos al encontrarnos tal sorpresa.





Una gran falda de tul y esas flores de organza fueron un adelanto de todo lo que vimos, no faltó la esencia marinera ni el encaje que se dejaban ver mientras la escenografía cambiaba de estación, fue increíble, jamás pasé tan rápido por las cuatro estaciones, duró tan solo quince minutos de reloj ja, ja , ja


Sin embargo, en Angel Schlesser tuvimos la ausencia del propio diseñador, ¿pero qué invento éste?, pues resulta que para lo que pintó en la colección decidió no presentarse y efectivamente, eso hizo.
Él en su propia marca únicamente pinta un veinticinco por ciento, el resto El Corte Inglés quien fue encargado de la nueva colección, vamos, que si no fuese por ese mínimo porcentaje no le abren ni la puerta.
Hablando de todo un poco, la colección estaba bien pero faltaba algo... ese ambiente tan ambiguo creaba cierta tensión entre bambalinas, los lloros de añoranza al jefe y las alegrías dirigidas a la colección nos dejaron un desfile histórico.
La propuesta era muy variopinta en lo que se trata de colores, blancos, negros, gama de tierras como el rosa Schiaparelli, verde Mantis y azul Klein.

Devota y Lomba, aquella firma que no deja pelos en la pasarela. Los patrones con aires japoneses nos trasladaron a un jardín lleno de armonía. Predominando el color blanco, azules y algún que otro tierra.

