Auschwitz, el infierno en llamas




Auschwitz.
Uno de los mayores campos de concentración y exterminio nazi. 
El más letal, con cerca de 1.200.000 asesinados.

No soy historiador, tampoco soy quien para juzgar bajo una forma técnica y mucho menos con el criterio propio de un aficionado. Soy un chico joven, apasionado por la Alemania nazi que, ahora, quiere compartir una opinión sobre el éxito del suicidio. 

En Madrid se ha inaugurado la exposición Auschwitz. No hace mucho, no muy lejos, en Arte Canal (metro Plaza Castilla), cuyo objetivo es acercar a todo interesado lo ocurrido entre el año 1940 (creación del campo) hasta 1945 (cese por los rusos del campo). 

Situado en Polonia, cerca de Cracovia, un antiguo recinto militar fue ocupado por la SS con el fin de montar un campo de concentración, cual sorpresa para ellos, cumplió su objetivo con creces, retener para exterminar a judios, prisioneros de guerra y disidentes del régimen. Cámaras de gas con capacidad para más de 2.000 personas y un ritmo diario de cremación masivo, acabó con la vida de engañados. 


Si estás encerrado en una oscura y fría cueva, lo más lógico es que quieras escapar. Indagando, encuentras una pala que utilizarás para excavar una salida. Llevas dos días excavando sin comer ni beber, sólo sale tierra, de pronto te das cuenta que al final del agujero que tras días de sufrimiento has conseguido hacer, hay una inmensa pared de metal impidiendo salir. Estás libre? No, porque hay una resistencia. 
Poco a poco el oxígeno de la cueva empieza a desaparecer y tus ojos se cierran. Moriste. 

Eso es un campo de concentración, que tras el lema "El trabajo libera" descubres que todo es mentira, el fin está cerca. Por más que intentas trabajar para salir del campo y ver finalizar la guerra, observas que tienes una gran resistencia con forma de soldados que impide tu huida y exige tu sufrimiento. El cansancio de un trabajo sin fin es un mero entretenimiento hasta que llega tu momento. La cámara de gas. El oxígeno desaparece, ya no existes. 



¿Qué es una cámara de gas?

Habitáculo cerrado con ventanas y orificios de entrada situados en el techo, protegidos con columnas hasta el suelo en forma de jaula para permitir la caída del Zyklon-B (pesticida) sin llegar a tocar a ningún recluso. De esta forma, el pesticida tenía suficiente espacio para hacer reacción con el aire y permitir la liberación del gas causante de todas las muertes. 

Gritos y más gritos, paredes arañadas, mirillas reventadas por la desesperación y un vigilante encargado de controlar bajo su mirada como los reclusos iban muriendo poco a poco. Que tras el paso de veinticinco minutos, con un carro y unas cuerdas se iban sacando a todos los cadáveres para su posterior incineración ya que rápidamente otros necesitaban ocupar su lugar. 







La exposición se centra sobretodo en la crueldad del exterminio y sus objetivos cumplidos. Merece la pena ver la exposición, porque realmente sientes que estas viéndolo en directo, eres consciente de la mancha que dejaron unos indeseables que admirablemente para unos se hacían llamar nazis. Sin saber ellos mismos que se estaban cavando su propia tumba, ya que la mayoría se suicidaron. Por ello Auschwitz, sigue siendo un testigo mudo de un infierno en el que ardieron miles de humanos, vidas, almas con proyectos arrebatados por personajes sin futuro que como cobardes huyeron de este mundo. 




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